jueves, 22 de noviembre de 2007

Raúl Castro Ruz

Hijo del gallego Angel Castro y de la cubana Lina Ruz, Raúl Castro nació el 3 de junio de 1931 en Birán (este) y fue el menor de los tres hijos varones y el cuarto de los siete de la pareja. Su infancia y juventud transcurrieron a la zaga de su hermano Fidel, quien al triunfo de la Revolución en 1959 lo nombró ministro de Defensa, ahora el más antiguo del mundo.
Bajo su mando, las Fuerzas Armadas obtuvieron victorias en Africa e incursionaron en sectores clave de la economía, como el turismo. Está casado con Vilma Espín, dirigente histórica de la revolución ausente de la escena pública por enfermedad, tiene cuatro hijos y quienes lo conocen le destacan su buen sentido del humor, apego familiar y dotes de buen organizador.
Ministro del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Segundo Secretario del Comité Central del PCC.
Graduado de Enseñanza Superior Militar.
Al recibir el poder provisional, su primer gesto público fue proponer a Estados Unidos un diálogo respetuoso que reiteró el 2 de diciembre del 2007, tras un desfile militar en honor a su hermano.
Fuente: Portal del Gobierno de Cuba
Cada uno de nosotros tiene hermosos recuerdos y hondas vivencias de su relación con Raúl Castro, el jefe, el dirigente, el compañero, el hombre, a quien nos unen profundos afectos y enseñanzas a través de décadas.
Una, lo conoció en plena guerra de liberación, cuando le confió la tarea de organizar el sector educacional en el II Frente Oriental Frank País que tenía a su mando. El otro, cuando Raúl, en los primeros meses de 1959, procedente de Santiago de Cuba, asumió el cargo en La Habana, ocasión en que lo recibió y tuvo una larga conversación. A partir de enero de 1959, fue nombrado Director de la Escuela de Cadetes, y posteriormente de otros centros de preparación militar, bajo su mando, y ocupó el cargo de Jefe la Dirección de Preparación Combativa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, antes de desempeñarse como Viceministro.
Pero más que los recuerdos de una y otro, este es un texto escrito a cuatro manos con el propósito de ofrecer nuestra modesta aproximación al compañero Raúl, o dicho en otras palabras, dar una visión de Raúl desde nuestras vivencias.
Ha sido un forjador extraordinario de cuadros y un excelente compañero. Un hombre sumamente organizado, ordenado, sistemático, exigente. Enemigo acérrimo de la injusticia. Predica con su ejemplo y es capaz de censurar o estimular cuando tiene que hacerlo. Un padre preocupadísimo por la educación y el cuidado de sus hijos. Un hombre criollísimo, afable, atento, chistoso, con un carácter muy abierto y profundamente humano.
EL JEFE
La guerra de liberación forjó en Raúl las cualidades de mando que lo caracterizan... Raúl es sistemático en su estilo de trabajo y dirección. Cuando toma una decisión va a sus detalles, pero además a las relaciones y al entramado de actividades y plazos que reclama su cumplimiento. Sin cansancio ni desmayos sigue la trayectoria de sus órdenes e indicaciones, y de esa manera enseña a sus subordinados la importancia de la constancia en una tarea y de su seguimiento. Constancia y seguimiento que de perderse podrían conducir al debilitamiento de esa tarea, por bien que haya sido diseñada.
Recordamos, a modo de ejemplo, cuando en los años iniciales de la Revolución concibió la creación de las Escuelas Vocacionales Militares Camilo Cienfuegos como cantera natural de las escuelas de cadetes para la formación de oficiales y cuadros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Otro tanto habría que decir del quehacer de Raúl en el perfeccionamiento del servicio militar que prepara a nuestros jóvenes para la defensa del país y los forma como ciudadanos comprometidos con su patria.
Hombre de la Revolución a quien ha tocado la misión histórica de tomar grandes decisiones, es juicioso y reflexivo en sus valoraciones. Sabe examinar con detenimiento todos los factores que intervienen en un proceso que es objeto de análisis. Una de las lecciones que se aprenden a su lado es la de alejarse de los análisis unilaterales para dar paso al enfoque multilateral de los problemas. A su vez, es enérgico para exigir que las misiones se cumplan con la calidad que requieren.
ESTILO DE DIRECCIÓN
El compañero Raúl muestra, con su ejemplo personal, un sentido ético y pautas de comportamiento y actuación en la labor de dirección. No perdamos de vista que el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, bajo su conducción, ha sido y es escuela y cantera de cuadros para la dirección de nuestro Partido, el Gobierno y el Estado, y, al mismo tiempo, ejemplo de organización, austeridad y control de los recursos para otros ministerios.
Su estilo de dirección, no solo en la vida militar, sino en las tareas gubernamentales y partidistas, demuestra lo sustancial de ese enfoque integral en el trazado de pautas y en su control eficiente. Modesto y firme a la vez, Raúl educa en la importancia de la elaboración colectiva de las ideas, el control colectivo de la marcha de las misiones, del papel estratégico de la unidad, la cooperación y el espíritu colectivista a la vez que combate la vanidad, la autosuficiencia, la pedantería, el individualismo y todo rasgo negativo y contrario a la moral socialista en que nos forjamos. De esto dan fe generaciones de oficiales y cuadros políticos formados en estas concepciones.
Faceta nada secundaria de su labor educativa es el empeño del Ministro de las FAR por inculcar en la conciencia de subordinados la necesidad de tener en cuenta el costo de cada misión y la trascendencia decisiva de la economía. No es esta una preocupación suya actual o reciente. Insiste en eso desde hace cuarenta y siete años.
Raúl se ha desempeñado como Primer Vicepresidente de nuestro país. Y lo ha hecho, con gran sentido ético, con cuidado y claridad. Ejerciendo sus funciones como Ministro, Vicepresidente o Segundo Secretario, y respetándolas.
PERMANENTE EDUCADOR
Desde la difícil y compleja responsabilidad de segundo al mando, Raúl enseña desde su propio ejemplo personal lo que hay que exigir de cada uno de nuestros militantes, de nuestros cuadros, de los revolucionarios todos. Hace cuarenta y tres años, en memorable y aleccionador discurso en ocasión de un acto de constitución del Partido en el Pico Turquino expresó que la posesión del carnet de la organización no otorga ningún derecho especial. Y añadió que nadie imagine que porque el Partido dirige, hay que hacer caso a lo que diga cualquiera de nosotros por el hecho de ser militante, sino que el militante tiene que ganarse con su trabajo la atención que esperamos del pueblo y de las organizaciones de masas.
En el proceso de educar en los principios de la crítica y la autocrítica, Raúl ha demostrado la necesidad de plantear los problemas con toda honestidad y valentía a fin de propiciar el debate franco y constructivo en pos de la solución de dichos problemas o para eliminar las deficiencias.
Ha reiterado a través de los años a cada nueva hornada de cuadros políticos y militares su idea de que la persona que no tiene dónde plantear un problema, evacuar una duda o formular una crítica, habla donde no debe o con quien no le corresponde y que eso se evita solo cuando cada cual sabe a dónde puede acudir para exponer su queja, preocupación o inquietud. Así, debemos educarnos y ayudar a educar a los demás a que planteen sus problemas observando las reglas de lugar, tiempo y forma. O como precisa siempre: en el lugar indicado, en el momento oportuno y con la forma correcta.
VILMA
Nadie puede dudar del tiempo que le reclaman las enormes tareas que la Revolución y personalmente el Comandante en Jefe depositan en él. Sin embargo, Raúl siempre ha encontrado tiempo para atender a su familia y preocuparse por la educación de sus hijos que, ya adultos, son personas trabajadoras, responsables, sencillas y de gran calidad humana. Raúl y Vilma, formaron sus hijos desde sus valores y ejemplos personales. Hablar de Raúl con respecto a su familia es imposible sin aludir a Vilma, figura imprescindible en la historia y en la obra de la Revolución. Vilma, a quien Raúl admiró desde que la conoció y después amó. Vilma, la combatiente clandestina, la insurrecta del alzamiento del 30 de noviembre de 1956, la guerrillera en la Sierra y la protagonista, a partir de 1959, de la revolución que se produjo dentro de la Revolución por la emancipación e igualdad de la mujer.
CAMINANDO CON FIDEL
Uno de los aportes de Raúl a la experiencia revolucionaria cubana es, sin dudas, la creación del Segundo Frente Oriental Frank País. Fue ese Frente, como se ha dicho, un Estado en la guerra y una demostración de que es posible desarrollar una obra de justicia social en pleno fragor de los combates, en plena lucha de liberación.
Raúl ha explicado cómo el compañero Fidel le anticipó sus ideas en torno a la estrategia a seguir en el curso de la guerra revolucionaria. Fue en diciembre de 1957 en un lugar conocido como Balcón de la Habanita donde se encontraba la Columna 1 "José Martí" al mando del Comandante en Jefe, en acciones combativas entre Pilón y Manzanillo. Fidel era del criterio de que una vez consolidado el frente de la Maestra habría que crear nuevas columnas guerrilleras y, entre otras, enviar una a la zona de la Sierra Cristal, otra al este de la Maestra, en las proximidades de Santiago de Cuba; otra a la región central del país y una más hasta Pinar del Río, la más occidental de las provincias cubanas. Esa fue la estrategia concebida y a Raúl le esperaba una importante nueva misión.
UNA EXPERIENCIA FORMIDABLE
Bajo la conducción de Raúl, en el Segundo Frente y en plena guerra de liberación nacional, se desarrolló una experiencia formidable. Baste recordar que se construyó un grupo de escuelas y se pusieron en funcionamiento otras, hasta un total de más de cuatrocientas, haciéndose ya realidad la profecía que el propio Raúl había enunciado, cuando casi al amanecer del 17 de enero de 1957, viendo arder el cuartel de La Plata, (al que él mismo prendió fuego), momentos después de la primera victoria del Ejército Rebelde, escribió en su diario: Desde lo lejos, se veían arder sobre los cuarteles de la opresión, las llamas de la libertad. Algún día no lejano sobre esas cenizas levantaremos escuelas.
También se instalaron no menos de veinte hospitales, además de la labor que se acometió en la construcción de caminos, pistas de aterrizaje, el establecimiento de una importante red de comunicaciones por teléfono y plantas de radio entre las columnas rebeldes, sin olvidar las actividades de tipo jurídico-civil y las de la prensa revolucionaria. No olvidar que aquel territorio libre de Cuba fue el escenario del Congreso Campesino en Armas, el 21 de septiembre de 1958, y del Congreso Obrero en Armas, el 8 de diciembre del mismo año.
CAPAZ, RESPONSABLE Y BRILLANTE
Gianni Miná, en su célebre entrevista con Fidel, al hablar de los hombres de la Revolución, preguntó al Comandante en Jefe:
¿Y su hermano Raúl?
Fidel, con gran objetividad, respondió: Es capaz, responsable y brillante...
El sagaz periodista italiano volvió a la carga en otro momento de la entrevista: "Comandante, ¿su sucesor será su hermano Raúl? ¿Qué cualidades posee él que usted no tiene y, a su vez, cuáles defectos tiene él que usted no tiene?"
Respondió Fidel:
Oye, me vas a poner a hacer un examen comparativo entre dos hermanos. Yo creo que no sería correcto que me pusiera a hacer ese tipo de examen.
Añadió:
Lo que ocurrió es que al principio de la Revolución nosotros conocíamos los planes de la CIA para asesinarme, un método, algo que han tratado de hacer durante mucho tiempo, y lógicamente, había que tomar algunas medidas preventivas. En aquella época se hablaba mucho de que Raúl era más radical, todas aquellas cosas. Yo llegué a la conclusión de que realmente, en aquel momento, en aquellas circunstancias, ante el pueblo había que explicar que la eliminación física mía no liquidaría la Revolución y que inmediatamente habría otro jefe revolucionario. Y en mi opinión, el compañero que estaba más preparado de todos, al que conocía muy bien, para realizar esa tarea, era el compañero Raúl. Desde entonces se estableció ese precedente y se creó el cargo, incluso de Segundo Secretario del Partido.
Fidel le contaba a Miná, el momento en que a Raúl se propuso para ocupar el cargo de Segundo Jefe del Movimiento 26 de Julio. Fue el 21 de enero de 1959, solo tres semanas después del triunfo de la Revolución, en el grandioso acto, denominado "Operación Verdad", efectuado, frente al entonces Palacio Presidencial. Allí, el Comandante en Jefe después de hacer mención a la preocupación del pueblo por su seguridad, esclareció su invariable determinación de desafiar tranquilamente todos los peligros, y que pase lo que pase, a la Revolución no la detendrá nada ni nadie. Y les dijo a sus enemigos que detrás de él vienen otros más.
Luego expresaría que: Para tomar todas las medidas de precaución, porque aquí hay que estar prevenidos contra todo, le voy a proponer a la Dirección del Movimiento 26 de Julio que designe al compañero Raúl Castro como Segundo Jefe del Movimiento 26 de Julio. Lo hago no porque sea mi hermano, que todo el mundo sabe cuánto odiamos el nepotismo, sino porque honradamente lo considero con cualidades suficientes para sustituirme en el caso que yo mañana muriera en esta lucha, porque además, es un compañero de firmes convicciones revolucionarias, que ha demostrado su capacidad en esta lucha, que fue de los que dirigió el ataque al Moncada, de los que estuvo dos años en la cárcel, de los que organizó el Segundo Frente Frank País, y de los que ha dado relevantes pruebas de capacidad como organizador y militar. Ojalá que en este caso no se hubiese tratado de un hermano mío, ojalá hubiera sido otro; para que no quedara la menor sospecha de que se trata de favorecer a un familiar.
Fuente: Fragmentos del artículo "Cercanía de Raúl" autores JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ y ASELA DE LOS SANTOS publicado como Especial del Diario Granma Organo oficial del Comité Central del Partido Comunista Cubano.