Coordinador de la Junta de Reconstrucción que gobernó Nicaragua tras el triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979, y mandatario electo entre 1985 y 1990, Daniel Ortega intenta nuevamente recuperar la primera magistratura perdida 16 años atrás.Para el actual secretario general del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ésta será su cuarta contienda electoral en línea desde 1990.
Nacido en La Libertad, en el norteño municipio de Chontales, el 11 de noviembre de 1945, Ortega comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Centroamérica (UCA) de Managua en 1962, pero un año después abandona los estudios para unirse al FSLN.Promovido a miembro de la dirección nacional de la fuerza guerrillera, el dirigente revolucionario cae preso en 1967, y pasa siete años en las cárceles de Anastasio Somoza Debayle.Al triunfo de la Revolución, el 19 de julio de 1979 ostenta el grado de comandante, y funge como coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional hasta 1984, año en que resulta electo Presidente mediante el voto popular.
Enfrentado a una guerra civil promovida y financiada por Estados Unidos, Ortega intentó acometer la reconstrucción del país, e impulsó la elaboración de una nueva Constitución, que entró en vigor en 1987.Pese a dirigir un país agredido y bloqueado, trabajó por la paz en Centroamérica y participó en las conversaciones que desembocaron en los Tratados de Esquipulas para poner fin a los conflictos armados en la región.Tras convocar nuevamente a elecciones generales en 1990, el líder sandinista encara su primera derrota frente a Violeta Barrios de Chamorro, la candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO), una coalición de partidos de derecha apoyada por Estados Unidos.Elegido secretario general del FSLN en 1991, Ortega vuelve a caer derrotado en 1996, esta vez frente al liberal Arnoldo Alemán, y cinco años más tarde corre igual suerte en los comicios ganados por Enrique Bolaños.
Al igual que en ocasiones anteriores, el candidato sandinista enarbola un programa de gobierno con un fuerte contenido social, para revertir la pobreza que padece el 70 por ciento de la población nicaragüense como resultado de 16 años de neoliberalismo.Ortega, quien alerta a sus seguidores a no confiarse en las encuestas que lo ubican en primer lugar en la intención de voto, apela también a la unidad y la reconciliación nacional.Para dar el ejemplo, escogió como compañero de fórmula al liberal independiente y ex jefe negociador de las bandas contrarrevolucionarias, Jaime Morales Carazo.En aras de esa reconciliación también suscribió alianzas con antiguos enemigos políticos que ven en el FSLN la única fuerza capaz de sacar adelante la nación centroamericana.
En el plano internacional, el líder sandinista mantiene su posición antiimperialista, aunque se muestra dispuesto a dialogar con Estados Unidos en condiciones de igualdad.De acuerdo con las leyes electorales, para llegar a la Presidencia de Nicaragua, el ganador debe obtener como mínimo el 35 por ciento de los votos válidos y superar en al menos cinco puntos porcentuales al candidato que ocupe el segundo lugar.Para Ortega es condición ganar en primera vuelta, porque se da por descontado la unidad de la fragmentada derecha local contra el FSLN en un eventual segundo ejercicio electoral.