sábado, 1 de diciembre de 2007

Ingrid Betancourt Pulecio

Ingrid Betancourt nació en 1961, en Bogotá, Colombia. Pasa una parte de su infancia en Francia, siendo su padre, durante algunos años, Embajador de Colombia ante la UNESCO. En París, ve pasar por su casa a todas las personalidades políticas colombianas. Se codea también con el poeta chileno Pablo Neruda y el escritor colombiano Gabriel García Marquez, amigos íntimos de sus padres, ambos futuros Premios Nobel. Todos le enseñan la grandeza de su país.
Su padre le enseña que ella tiene una deuda para con su país: "Debes saber, Ingrid, que Colombia nos ha dado mucho.Es gracias a ella que has conocido Europa, que has ido a las mejores escuelas y que has vivido en un lujo cultural que ningún niño colombiano conocerá nunca. Todas estas posibilidades de las que has disfrutado hacen que hoy tengas una deuda hacia Colombia. No lo olvides. "
A los 19 años deja Bogotá para realizar sus estudios en París. Graduada en Ciencias Políticas, se casa con Fabrice Delloye, un diplomático francés. Tendrá con Fabrice dos niños, Mélanie y Lorenzo, que tienen hoy 16 y 14 años. Vive durante varios años una vida tranquila de mujer de diplomático pero preocupada profundamente por su Colombia natal.
En 1989, su madre, que sería pronto senadora, trabaja en la campaña electoral de Luis Carlos Galán, candidato a la elección presidencial del año siguiente. En plena "guerra de las bombas", Galán es el único que se atreve a pedir que Colombia firme el Tratado de extradición para los narcotraficantes que Estados Unidos reclama. El 18 de agosto de 1989, Galán es asesinado bajo la mirada de la madre de Ingrid. Hay un punto de inflexión en la vida de Ingrid. Comprende que debe volver de nuevo a Colombia y luchar.
Algunos meses más tarde, vuelve, por lo tanto, a Colombia. Trabaja en la campaña electoral de su madre, luego empieza a trabajar en el Ministerio de Hacienda donde, durante tres años, intenta reformar el Estado del interior. Decepcionada por la falta de resultados, se lanza a la política. En contra de toda previsión, es elegida primero diputada, y más tarde senadora, con el mayor número de votos del país - los senadores desempeñan un papel más importante que los diputados en Colombia. En 2001 dimite del Senado para lanzarse en la campaña presidencial de 2002.
Su situación actual
El 23 de febrero de 2002, algunos días después de la ruptura de las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista), Ingrid Betancourt es secuestrada en compañía de Clara Rojas, su directora de campaña, por el M-15, uno de los grupos más duros de los FARC. Desde entonces, las FARC han emitido un único comunicado: ¡desean intercambiar a sus prisioneras, así como a cinco otros parlamentarios por rebeldes encarcelados y dan un año al Gobierno para satisfacer sus exigencias!
La reacción internacional fue bastante tímida. Jacques Chirac pidió inmediatamente al Presidente de la República Colombiana no hacer nada que pudiera poner en peligro la vida de Ingrid. La Comunidad Europea francófona es la más movilizada, ya que Ingrid, francófona, publicó en francés un libro titulado La rabia en el corazón que tuvo un gran éxito en 2001.
Las noticias actuales no son alentadoras. Los "halcones" de las FARC tienen a Ingrid Betancourt y éstos rechazan, por el momento, toda toma de contacto y toda negociación.
El padre de Ingrid, dos veces Ministro de Educación en Colombia, murió en marzo, sin haber vuelto a ver a su hija.
Su combate
Es necesario conocer un poco la catastrófica situación de Colombia para comprender el combate de Ingrid Betancourt.
Colombia, desde hace 30 años, está siendo devastada por una guerra civil que ha costado ya más de 200.000 muertes. La sociedad civil está en plena decadencia. El dinero proveniente de la droga lo corrompe todo: políticos, funcionarios, policías, periodistas, etc. El secuestro es una verdadera industria, allí se la llama la pesca milagrosa. Los pobres están completamente excluidos de la vida económica, a fortiori cuando viven en regiones alejadas de la capital, donde el poco dinero invertido en el desarrollo económico se desvía en favor de las mafias locales. Los niños viven en condiciones deplorables.
¡Con todo Colombia no es una República bananera! A este respecto, un artículo muy interesante de Julien Genin (Anexo A) muestra el transcurso tranquilo de Colombia en los 30 últimos años.
Ingrid lucha contra la corrupción, los narcotraficantes, la violencia, y sus deseos pasan por ofrecer otro futuro a los niños colombianos que el que les espera actualmente. Lucha con la energía de la desesperación, a riesgo de su vida.

Fuente: INGRID BETANCOURT - Ciudadana de honor. Propuesta de COMITÉ DE APOYO A INGRID BETANCOURT (http://www.betancourt.info/)
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